Las cuñas y alzas son dispositivos de plástico que se colocan entre la cala y el pedal, modificando así el espesor entre el pedal y la cala. Durante muchos años, estas ayudas ortésicas se han usado mucho, quizás en exceso, atendiendo al resultado que han aportado.
Las alzas se diseñaron para compensar la diferencia de longitud de los miembros inferiores aportando así mayor estabilidad en la sedestación sobre el sillín. Mientras tanto, las cuñas se inventaron con la idea de que las rodillas se acercasen menos al cuadro, así como para aquellos ciclistas que valguizan/aplanan excesivamente el pie.
Pero a todos nos surge la duda, ¿esto de verdad funciona? A grandes rasgos os podemos decir que nadie sabe realmente bien cuál es el funcionamiento exacto de estas piezas. Aún que tenemos dispositivos para medir la estabilidad pélvica y grados de rotación de rodillas y pies, al colocarlo y revalorar ángulos no nos muestran un gran cambio.
Lo que si podemos asegurar, es que la colocación excesiva de cuñas y alzas genera descompensaciones musculares pudiendo llegar así a lesionar al ciclista. Tal y como se puede ver en las fotos, dos alzas de 5mm colocadas en la zapatilla derecha, para una dismetría sin valorar con teleradiografía. Es un claro de ejemplo de cómo no se deben usar las alzas.
Nuestra tendencia en los últimos tiempos está siendo quitarlas para ver como el ciclista se comporta sin ellas y si de verdad nota la diferencia. En la mayoría de los casos no se nota diferencia excesiva de llevar una cuña o no llevarla (siempre y cuando sean pocos milímetros de corrección).
Adrián Moro Muñoz
adrianmoro@entrenamientociclismo.com
www.biomecanicaciclismo.com
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